10 sept 2019

sashiko

Redescubrirte en el valor efímero de cada momento irrepetible.
Reconectar los nodos permitiendo la inspiración del caos.
Remendar cada relación herida con la delicadeza y la dedicación del sashiko.
Nunca rehacer, mas que de cada espacio un escenario, y de cada superficie un lienzo.
De cada suelo que toques, crear una escultura en resonancia con la tierra.
En definitiva, “hacer, de cada acto de tu vida, una obra de arte”

No hay comentarios:

Publicar un comentario