Irrumpe en la calle otra noche de sonrisa absurda
mi ventana se salva soñando
con azoteas por encima de las nubes
se salva
Cada otoño cuestan más los escalones
y me van amontonando los ruidos
los encaro de nuevo, camuflado
por brasas como ocasos
bajando a sus techos vaporosos
a cloacas flamantes y celdas sin patios
Quizá el vértigo sea el único clamor posible
y en mi ventana sea contener la vista
te digo: no confundas a las nubes, no sonrías
mañana, como siempre
tendrás que culminarlas
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