Escampan
las baladas del alma
el sol impone sus razones
hasta agrietar los campos
Nos hierve
como a ranas inconscientes
saltándose la inocente primavera
la lección de los caminos otoñales
Así es como el invierno
nos descubre sin miradas
sin haber levantado un refugio
ni un hogar donde cuidarnos
Cuando el agua escasea
los pozos se esconden
rogamos por tormentas que cesen el hastío
que despierten las semillas con cariño intencionadas
La indescifrable y corta noche nos desvela
ansiamos el alba, olvidamos que el día
abrasador, desconoce sombras
y desprecia el frío