Vuelo con la visión de un alma blanca
que sana, incisiva, las heridas
cargo con regalos desorientados
ávidos de un lienzo abierto donde reposar
Sueño con lechuzas posadas en las cenizas de mi olvido
con abandonarme en una telaraña de seres circulares
y danzar por su mar de miradas ingrávidas
como un derviche desbocado
Busco una tabla rasa
donde desaprender la ley mortal de la distancia
donde coser la disolución eterna
con caricias inasibles, parecidas a palabras
Camino con mareas, nombrando cada gota
celebro cada paso que renace en su huella
con devoción y misterio esquivo cada grieta
Y como siempre
con la vista alzada por la confianza de lo incuestionable
tarareo aquello que apareció sin respuesta ni fin
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