Por los seres que nunca conoceremos
por los pasajeros que viajan a lugares desconocidos
Por los seres que nunca conoceremos
por los pasajeros que viajan a lugares desconocidos
Brinda melodías de una ausencia inacabada
otro vaso que abandona a un solo paso del soul
quiso atrapar los silencios de una calle errante en Callier
despertó con cielo sucio de cartón
Falta una estación a este lado del otoño
como una voz que se deshace al contrabajo del viento
ignoraba cuántas rosas se cerraban tras su huida
o si el humo ya se habría disipado
Quedan tantos hijos bajo luces de bohemia
goteando poemas desde cada charco vagabundo
su vapor gastado calla siluetas de memorias
Recordar lleva a morir junto al buzón
Merodeaba tu sonrisa abierta de cortina
mientras sombras de los bares me observaban
solo un gato honesto puso fin a esta tragedia
sin notas de blues ni son de madrugada
Vuelo con la visión de un alma blanca
que sana, incisiva, las heridas
cargo con regalos desorientados
ávidos de un lienzo abierto donde reposar
Sueño con lechuzas posadas en las cenizas de mi olvido
con abandonarme en una telaraña de seres circulares
y danzar por su mar de miradas ingrávidas
como un derviche desbocado
Busco una tabla rasa
donde desaprender la ley mortal de la distancia
donde coser la disolución eterna
con caricias inasibles, parecidas a palabras
Camino con mareas, nombrando cada gota
celebro cada paso que renace en su huella
con devoción y misterio esquivo cada grieta
Y como siempre
con la vista alzada por la confianza de lo incuestionable
tarareo aquello que apareció sin respuesta ni fin
Un día templado de otoño
en pleno verano
un sorbo de oasis
en la travesía desértica
una sonrisa acogedora
al despertar del dolor
una palabra sabia
ante el horizonte nublado
hitos descubriendo el sendero
bajo la tormenta
una luna radiante
escurrida entre barrotes
un cántico amigo
señalando la libertad
un silencio protegido
del constante ruido
una manzana
entre las ruinas
una mirada familiar
rompiendo la soledad
tiempo que arrastra
un ancla en el fondo del pasado
un abismo de esperanza
bajo un barco sin costa
un lugar sagrado
observando la tierra quemada
pisadas acercándose
al muro incontenible del miedo y el olvido
un soplo sanador
ante la realidad desmembrada
una eternidad
desafiando la muerte
el viento
siempre el viento
que todo se lleva
y nada devuelve