Siempre me faltó humildad
para deciros cuánto os quiero
y el amor se exudaba
sólo en gestos
o ni eso
Cuántos días la vuestra
adivina, rellenó
de adrenalina
mi desánimo lejano
A veces me pregunto
si alguna vez os llegué
como vosotros
como cabo
Y busco en la mierda
narcisista de mi pena
palabras para deciros
gracias, y me paro
Que este comienzo
sea de mi alma
la primera reverencia
a vuestro amparo
que prometo
que yo sigo y lo reparo